La Grieta, que actualmente se menea, no es la división clásica argentina desde sus orígenes. Esta es inédita y espurea, en más de un sentido. Comienza en 2003 y crece hasta fines del 2015 gracias, entre otras cosas, al alto precio que tuvo la soja. Fue instalada deliberadamente, pretendiendo disimular un saqueo, de las arcas públicas, con el Estado como herramienta. Se implementó a través de una ficción épica presentada, falsamente, como ideológica