La Encrucijada

FRANCISCO LOEWY (16 de Marzo de 1912 – 7 de Julio de 2007) UNA PERSONALIDAD CUMBRE DEL COOPERATIVISMO

Don Francisco Loewy fue uno de esos tantos inmigrantes alemanes, de origen judío, que cuando en 1937 llegó al puerto de Buenos Aires, también desembarcó su propia historia.

Su vida fue un verdadero ejemplo donde se sintetizaron valores que contrastan en estos tiempos, donde la individualidad, las grandes concentraciones económicas y las catástrofes humanas parecen conformar el ámbito en que nos desenvolvemos actualmente.

En sus 95 años vividos, Don Francisco atesoró innumerables vivencias, muchas de ellas relegadas a la profundidad del diálogo intimista o del pensamiento, que le dejaron cicatrices en el alma. Sin embargo, su fortaleza espiritual le permitió superar el naufragio de la emigración de su Alemania natal y multiplicar los dones de la vida en la Argentina , junto a su esposa Paula Salomonski.

Sus manos, en una extensión de su prolífero pensamiento, transformaron la tierra con el arado, recogieron la fruta rionegrina o las mieses en el semiárido sudoeste bonaerense, escribieron en su juventud y crearon libros en su madurez.

Víctima del nazismo: Había nacido el 16 de Marzo de 1912, en Glatz, pequeño poblado montañés ubicado en la entonces provincia alemana de Silesia. Cuando terminó el bachillerato, a instancias de su padre —abogado y escribano—, comenzó a estudiar Derecho. Sin embargo, frente al avance del nazismo, cambió su rumbo universitario hacia Medicina. Sobre ello decía don Francisco: “Conociendo que el nazismo era el movimiento político que determinaría una jurisprudencia en la que, por ser judío, no podría integrarme libremente, pasé a Medicina que era más vocacional”.

Sus denuncias a las arbitrariedades del nazismo, lo llevaron a sufrir tres meses de cárcel en el presidio de Breslau. Tuvo que abandonar sus estudios y aprendió los oficios de agricultor, preparándose para la emigración. En esos menesteres fue cuando conoció a la que sería su esposa, con la cual emprendió una nueva etapa en nuestro país.

Loewy productor: Ya en la Argentina, antes de que se desatara la segunda mayor catástrofe del Siglo XX, la familia Loewy primero se instala en el Alto Valle del Río Negro y luego, toma contacto con la fundación del Barón Hirsch y arrienda una chacra de 150 hectáreas en Colonia Lapin, cercana a Rivera, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires.

Transformado en un chacarero nato, Don Francisco y su inseparable esposa Paula, alternaron el duro trabajo rural con el cuidado de sus hijos Matías, Manuel, Tomás, Arturo y Ruth Miriam. Integrado por convicción de principios al movimiento cooperativo agropecuario, fue presidente de la Cooperativa Granjeros Unidos de Rivera y, durante numerosos períodos, de la tradicional cooperativa de segundo grado Fraternidad Agraria, luego fusionada en la década del ’90 a la Asociación de Cooperativas Argentinas.

Representando a Fraternidad Agraria, fue fundador de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), en la que integró su consejo directivo y la Comisión Asesora Regional Buenos Aires Sur. Precisamente, en diciembre del año pasado (se refiere al año 2006) (1) las autoridades de la entidad gremial cooperativa, al cumplir 50 años de vida institucional, depositaron en manos de su hijo Manuel un presente recordatorio de aquella gesta que lo tuvo como protagonista. Nos quedan en la memoria los dos últimos homenajes que se le hicieron a Don Francisco, antes de sufrir una isquemia cerebral que poco a poco lo fue debilitando. En uno de ellos, al ser declarado Ciudadano Ilustre del Partido de Adolfo Alsina, señaló:

Al escuchar el relato de mi biografía se me ha hecho más consciente mi propia condición de peregrino entre dos mundos, pues he recorrido los espacios físicos, geográficos y espirituales de Europa y, junto a mis familiares, he sufrido la fractura, el hundimiento de un mundo que era nuestro aire vital, el mundo de nuestro idioma materno, de nuestra capacidad de expresión. Y tuve que cambiar todo eso a través de la emigración, por la conquista de un nuevo mundo que es este país, la Argentina. Con mi querida esposa Paula pudimos encontrar un nuevo hogar, una nueva Patria, y también nuevos amigos y compañeros

Extractado de lo publicado en “lacooperaciononline.com.ar” el 17/07/2007 – (1) Nota del editor.

1 Comentarios
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diego

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  1. Emilia Bories
    15 abril, 2015 A las 4:37 pm

    Me atrajo mucho este artículo por su relación con el cooperativismo, cuestión que a mi parecer tendría que estar más presente en la sociedad. Hay que reconocer a la gente que se preocupa y ocupa de aspectos sociales, dando su granito de arena en pos del beneficio de todos. El relato comenta una muy linda historia de vida, es de destacar cómo este hombre siempre luchó por sus ideales sin mirar hacia atrás. Muchas veces nos quedamos estancados con historias pasadas y por eso no podemos disfrutar del presente y futuro. Ojalá todos tomemos el ejemplo de Loewy y lo pongamos en práctica para nuestra vida.

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